Hoy os dejo una tarta que os van a entrar ganas de chupetear la pantalla.
Bueno, os la voy a presentar.
Se caracteriza por una ligera costra por encima y un corazón blando y cremoso, sin la necesidad de llevar queso y si hablamos de su textura te recordará a una mouse.
Así tal cual con un poco de azúcar glas por encima para decorar, sería ya suficiente, pero si le ponemos por encima dulce de leche, unos trocitos de plátano y finalmente una buena capa de nata, los comensales se querrán quedar en tu casa hasta que no quede ni un trocito de ella.
Realmente eso del dulce de leche y el plátano os habrá sonado a la Tarta Banoffe tan conocida¡¡¡
Pues si, quise hacer dos en una por que las dos me pirran y os aseguro que si la hacéis será una de vuestras preferidas.
Ingredientes: 130g de mantequilla, 200 g de chocolate negro, 100 g de azúcar, 5 huevos.
Si queréis podéis añadir 50 g de Maicena, pero yo no le puse¡¡
Derretimos el chocolate con la mantequilla. Batimos las claras a punto de nieve agregando el azúcar poco a poco. Añadiremos las yemas al chocolate con la mantequilla que ya tendremos tibia sin dejar de batir, para que no se coagulen. Iremos añadiendo las claras batidas en tres veces con una lengua de cocina y con movimientos envolventes hasta integrarlo todo.
Mi molde era de 20 cm, siempre es útil este detalle.
Hornearemos unos 25 minutos a 170 grados y dejaremos que se enfrie en el molde totalmente.
Una Tarta que dice comemeeeee¡¡¡¡¡¡¡
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